sábado, 23 de junio de 2012

Yo también estoy “Por otra Cuba”

Yo también estoy "Por otra Cuba"
junio 22, 2012
Alfredo Fernández

HAVANA TIMES — Hace unos días conocí la noticia del manifiesto que la
incipiente Sociedad Civil Cubana ha presentado a la Asamblea Nacional
del Poder Popular bajo el título "Demanda ciudadana por otra Cuba".

Los actores de las diferentes agrupaciones opositoras, cívicas y simples
ciudadanos que hasta ahora han rubricado el documento lo han hecho única
y exclusivamente bajo el supuesto amparo que pudiera brindarles los
artículos 3 y 63 de la actual Constitución de la República, los cuales
rezan:

Artículo 3: En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo del
cual dimana todo el poder del Estado.

Artículo 63: Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones
a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en
plazo adecuado, conforme a la ley.

En un primer momento al leer la carta reaccioné como cualquier "cubano
normal", sintiendo una mezcla de miedo y envidia por los pocos valientes
que viven en la isla y que rubricaron el escrito.

Así desde una pasajera autocompasión pensé que "si yo no trabajara con
el Estado a lo mejor también la firmaba" sin embargo, pese a mi miedo el
texto de la demanda no se me olvidaba.

Luego, por un raro efecto de los recuerdos se arrastró una y otra vez
por mi cabeza aquella sentencia de Gandhi de "Si quieres cambiar al
mundo, cambia tú".

Conclusión, que firmé la carta, sí, la firmé, y lo hice pese a mi
vergonzoso miedo y también pese a que trabajo como investigador en la
Academia de Ciencias de Cuba, cuestión por lo cual bien pudiera perder
mi trabajo, luego de que el maniatado sindicato cubano, a petición de
los Órganos de la Seguridad del Estado, me expulse en una reunión donde
de seguro ningún compañero me defenderá, lo sé.

Pero también me sucede que ya no quiero esperar más a que otros hagan
algo que también es mí responsabilidad. Así, ya me cansé de esperar por
un milagro de Dios, o por esos cambios que los dirigentes prometen y que
al final no llegan, ni llegarán, para que en verdad me mejore la vida.

En fin, que cada vez que visito la casa de mis padres en Santiago de
Cuba y los veo criar un puerco a escasos metros de su cuarto, dejando mi
hogar en una situación higiénica lamentable.

Pues luego de jubilados esa fue la opción que le dejó el Estado Cubano,
para comer un pedazo de carne en diciembre o la única manera de ver
juntos algo más de los $240 de su chequera, entonces me resulta fácil
darme cuenta de la Cuba que ya me es inaceptable.

Así como puedo entender la valentía de los que firmaron la demanda de la
cual, a cuenta y riesgo, yo también soy parte.

También debo de admitir lo difícil de pensar diferente en donde
generaciones completas se acostumbraron a acatar como soldados los
mandatos de los dirigentes, sin importar cuán discutibles o torpes estos
fueran.

Por esto, el país se involucró durante décadas en guerras tan
innecesarias como lejanas, o en planes económicos absurdos que no sólo
destruyeron la economía nacional, sino que hoy obligan a importar más
del 60% de la alimentación del país.

Mientras tanto las pocas expectativas de ejercer una vida decorosa
convirtieron la emigración en la única solución para que nuestros
jóvenes realicen una vida que en Cuba les resultaría imposible.

Si algo negativo tendrá la "Demanda ciudadana por otra Cuba", será su
poquísima recolección de firmas, pues aunque la rubriquen 10 000
personas, quedará fuera la inmensa mayoría de los afectados.

Y si algo verdaderamente bueno tendrá esta carta, será que le demostrará
al Gobierno cubano que la lista de los que perdemos el miedo a hablar
sin censura, cada día aumenta más.

Cuando se haga la historia de la libertad de expresión durante La
Revolución Cubana, a no dudar el miedo será –lamentablemente- su gran
protagonista.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=66113

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