miércoles, 20 de junio de 2012

Si lo vivido es evangélico, ¿cómo será el infierno?

Frei Betto

Si lo vivido es evangélico, ¿cómo será el infierno?

Sobre un artículo del sacerdote brasileño aparecido en la prensa oficial
cubana

Sayli Navarro, Matanzas | 20/06/2012 10:30 am

Todavía no logro reponerme del impacto que me ocasionó haber leído
recientemente en un ejemplar del periódico Trabajadores, el titular: "La
Revolución Cubana es una obra evangélica", firmado por el brasileño Frei
Betto. ¡No es para menos después de todo lo vivido!

El respeto que conseguí aglutinar en torno a Betto, de un golpe se
desplomó. No se puede sentir respeto hacia quien no te respeta, y con
esa definición se nos falta el respeto a los hijos de esta tierra en la
que respiramos todavía con dificultad, por permanecer bajo los efectos
de la bota opresora. Bota calzada durante más de 53 años por los mismos
artífices de esa "Revolución" que recibe loas del sacerdote carioca.

El Evangelio recoge la vida de Jesucristo, el Hijo de Dios Padre, lo que
se conoce como la Buena Nueva, cuyo significado no es otro que la
llegada del Reino de Dios. Es la gracia del perdón y el don del
Espíritu. Es el plan de salvación de Dios para todos los hombres.
Evangelio es paz, amor, arrepentimiento, conversión. El Evangelio trae
una renovación de toda la cultura y una crítica radical del orden
social, que nos lleva a la madurez de juicio y de las relaciones con los
demás.

La revolución cubana, con su tortuoso camino orlado de sangre y cruces,
no puede equipararse ni con una de las comas, siquiera, de los
postulados vertidos en el apartado anterior. Quien así actúe, carece de
los más elementales conocimientos acerca del sufrimiento de un pueblo
signado por un Estado autocrático, gobernado por una misma persona
durante más de cinco décadas.

Se hace esta acusación porque quien haga tal comparación desconoce o se
olvida de la verdadera historia del cubano. Historia que acumula una
extensa cadena de juicios sumarísimos con total ausencia de las debidas
garantías procesales; donde la mayor parte de las sentencias eran
cumplimentadas en el pelotón de fusilamiento. Historia de persecución
permanente contra todo el que mostrara su desacuerdo con esta política
del naciente gobierno revolucionario. El surgimiento de campos de
concentración al estilo nazi y hasta la creación de los llamados pueblos
cautivos.

Persecución religiosa y el sometimiento de estos hombres a trabajos
forzados en lo que se dio en llamar "Unidades Militares de Apoyo a la
Producción" (UMAP). Tampoco para ningún cubano es un secreto la
expulsión de gran parte del clero en el Vapor Covadonga en esa primera
etapa, también como parte de la persecución religiosa y contra la
Iglesia, bajo el falso precepto de la conspiración.

Dónde se puede encontrar en estos hombres la gracia del perdón, no en
aquellos años iniciales. No, dicha gracia ha sido desterrada de sus
corazones. Un ejemplo real se encuentra en la historia del 11 de abril
de 2003, cuando fueron fusilados casi en el mismo día los jóvenes que
trataron de llevarse la lanchita de Regla para huir en ella hacia EEUU y
no se les perdonó, a pesar de que en la acción no habían causado muertes
humanas.

Otro ejemplo me viene a la memoria que muy bien ilustra este acápite: al
general Arnaldo Ochoa Sánchez no se le tuvo en cuenta las acciones
libradas a favor de Cuba. Se le fusiló sin miramientos.

Resulta interminable la lista de ejemplos para refutar las palabras de
Frei Betto en el periódico Trabajadores. Pero creo que coincidirán
conmigo cuando afirmo: si lo vivido por nosotros los cubanos, es
evangélico, ¿cómo se vivirá en el infierno, verdad?

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/si-lo-vivido-es-evangelico-como-sera-el-infierno-277814

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