viernes, 15 de junio de 2012

Repoblar el descontento

Repoblar el descontento
Viernes, 15 de Junio de 2012 02:58
Escrito por Juan Gonzalez Febles

Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Recientemente la televisión
oficial exhibió en las pantallas chicas de la Isla un documental de
título "Hundan al Belgrano". Como casi todo lo que oferta Mesa Redonda,
se trató de una productora "independiente" y de la distribución se ocupó
Telesur.

El material en cuestión abordó el episodio bélico que concluyó con el
hundimiento de un buque de guerra argentino durante la guerra de las
Malvinas. La víctima fue el Belgrano, con sus marineros y oficialidad.
¿Los victimarios? Pues los ingleses y su Royal Navy.

Este episodio fue abordado desde sus aristas políticas y en él, se ponía
de relieve las "tácticas" del viejo imperio británico para retener a las
Islas Falkland. Una de ellas, -por cierto muy exitosa- fue repoblar las
islas con súbditos británicos leales a su majestad. Elemental. Si en las
islas viven ingleses, las islas son inglesas. Entonces, al menos en este
día, cualquier autoridad ajena a la corona o que no hable inglés insular
sin acentos ajenos, será vista –con derecho- por los pobladores como una
fuerza de ocupación. En fin, las islas Falkland son inglesas, porque en
ella, viven ingleses. Así de sencillo.

Desde hace un tiempo, en Cuba el descontento popular creció indetenible
desde los juanes de esta tierra. Como la horda verdeolivo era en esencia
rural, sin clase y de escaso vuelo intelectual,-nunca más allá del vuelo
de un gato- podría pensarse que no habría mayores dificultades para
desembarazarse de todos ellos de una santa y buena vez, pero no fue así.
Aprendieron a conspirar y lo hicieron muy bien. Tuvieron los mejores
instructores para ello. El viejo Partido Socialista Popular se encargó
de la tarea.

Las primeras manifestaciones visibles del descontento emergente fueron
enfrentadas con las herramientas tradicionales de fusilamientos y cárcel
degradante. Tres jóvenes –dieciocho, veintiún y veinticinco años
respectivamente- que irrumpieron en la embajada del Vaticano en La
Habana, luego de ser entregados por los sacerdotes de la nunciatura a
las autoridades -con cristiana y fatalista mansedumbre- fueron
ejecutados luego de un brevísimo juicio sumario. A la madre de estos
tres infortunados hermanos la sancionaron a veinticinco años de cárcel
por no denunciar a sus hijos. Una clara muestra de los límites que la
horda verdeolivo impone al amor materno y la forma retorcida en que este
es visto desde la óptica biraní.

Años más tarde, este mismo descontento se tradujo en el fusilamiento de
tres infelices jóvenes negros habaneros, también seguido de un
brevísimo juicio sumario. Como ya ha sido destacado, pretendían llegar a
los Estados Unidos, ¡en la lanchita de Regla! Como los anteriores,
tampoco lastimaron a nadie. Pero la lógica y crueldad biraní fue implacable.

En la actualidad, la horda verdeolivo parece haber encontrado la piedra
filosofal para trasmutar a su favor o reencauzar el descontento. Para
ello cuentan con la labor de los consumados artistas de la Dirección
General de Inteligencia (DGI) y la Dirección General de
Contrainteligencia (DGCI) del Ministerio del Interior, la jefatura de
Contrainteligencia militar (CIM) y la Inteligencia militar (IM) del
Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR). Ellos
sentaron las bases de las nuevas tendencias en lo que podría llamarse,
"Repoblar el descontento".

Para repoblar el descontento, se promovió con el concurso de muchos y
entre otras, de la llamada Fundación Panamericana para el Desarrollo -la
benemérita FUPAD- a una interesante y conocida corte de sapingos. Aunque
dejaron de ser noticia, sirven de ejemplos prácticos sobre cómo repoblar
el descontento. Pero ciertamente, los más importantes no son estos ya
conocidos sapingos. Los verdaderamente importantes se mueven aún entre
las sombras.

El esfuerzo involucra además una sui generis "reconciliación nacional"
que los contiene a todos. Allí tienen cabida religiosos de todos los
colores. Desde la iglesia católica con su Papa, hasta la iglesia
nacional con su cardenal, sacerdotes, laicos, etc. Además, hay
protestantes, santeros, budistas y hasta musulmanes. También desde la
sombra y la distancia, se mueven los sempiternos promotores ocultos de
todas las cosas que nadie comprende.

Lugar primado para repoblar el descontento lo ocupa –y siempre de
acuerdo a la receta inglesa- colonizar la disidencia. Para ello, unos
desaparecerán y dejarán su espacio a otros que completarán el nuevo
escenario. Para los nuevos colonos, habrá el espacio mediático que
abrirán los promotores ocultos y el financiamiento lloverá desde las más
inexplicables fuentes. Desde Saladrigas y Fanjul hasta ¡Telesur! Habrá
de todo en esta viña, campañas mediáticas, medidas activas y al final,
como joyas primadas, dos líneas de trabajo: mariconería de estado y
reconversión racial.

Por supuesto que el escenario natural para repoblar el descontento y
colonizar la disidencia son los Estados Unidos. ¿Dónde si no? Allí si se
declara con tiempo, se puede hasta espiar y servir a un poder enemigo.
Veamos algún ejemplo al azar. ¿De dónde saca la flamante líder de la
campaña a favor de los cinco espías en USA, dinerito contante y sonante
para colocar anuncios, en diarios de primera, que cuestan más allá de
100 000 USD? ¿Será Saladrigas? ¿Fanjul? ¿Telesur? ¿Los Castro? ¿Hugo Chávez?

Repoblar el descontento y posteriormente colonizar la disidencia cuesta.
Falta saber con exactitud: ¿Quién paga y quién está detrás?

Para Cuba actualidad: juan.gonzlezfebles1@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/4330-repoblar-el-descontento.html

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