lunes, 11 de junio de 2012

Puritanismos trasnochados

Puritanismos trasnochados
[11-06-2012]
Lcdo. Sergio Ramos

(www.miscelaneasdecuba.net).- En el Sub-Comité para Política y Control
Migratorio de la Cámara de Representantes se está discutiendo un
proyecto de ley presentado por el congresista por la Florida David
Rivera, para enmendar la Ley de Ajuste Cubano de 1966 a los fines de que
todo aquel cubano acogido a los beneficios de la misma, pierda la
residencia permanente en los Estados Unidos si antes de cinco años de su
concesión, viaja a Cuba.

Dicha ley permite solicitar la residencia permanente a todo nacional
cubano que entra legalmente a los Estados Unidos o si entró ilegal, es
puesto bajo 'Parole'. En cuyos casos pueden solicitarla al año de su
presencia física continua en este país.

El congresista Rivera basa su proyecto de enmienda a la Ley, en que
muchos cubanos que llegan a este país y obtienen la residencia amparados
en dicha Ley, viajan a Cuba tan pronto adquieren la residencia, por lo
que esto --- alega el Congresista Federal ---, pone en peligro dicha
ley, pues ésta es una especie de 'asilo' y no debe ser abusada, ni
manipulada, pues se macula el carácter de exilado.

Es cierto que un alto por ciento de los cubanos que adquirieron ese
status migratorio bajo dicha Ley, viajan a Cuba tan pronto son
residentes. Sin embargo, a tenor con la Ley de Inmigración el status de
residente permanente, no es lo mismo que el estatus de asilado.
Jurídicamente hablando, son dos cosas distintas. Por cuanto, una vez
Usted adquiere la residencia en Estados Unidos, por la vía que sea,
Usted tiene todos los derechos que le competen a un residente de este
país, que son: viajar, trabajar, estudiar, y vivir permanentemente en
los Estados Unidos.

Si bien la Ley de Ajuste Cubano surge como resultado de la condición
opresiva extrema contra el pueblo cubano, impuesta por el régimen
totalitario comunista de Cuba, también es cierto que el status
migratorio de residente permanente concede el derecho a viajar fuera del
territorio americano.

Los cubanos viajan a Cuba forzados por las circunstancias
socio-políticas creadas por la dictadura castrista. El régimen cubano
mantiene un patrón de chantaje generalizado contra sus ciudadanos al
mantenerlos en la penuria y zozobra constante de la escasez,
obligándolos a escarbar día a día migajas para resolver sus más
elementales necesidades básicas. De ahí que, los familiares en el
exterior, se vean obligados a socorrer a los suyos, para mitigarles las
penurias impuestas por el sistema totalitario comunista. Se crea
entonces una especie de martirio y agonía diario entre los exiliados por
la situación de sus allegados cautivos en Cuba.

En ese maquiavélico escenario cotidiano, es lógico que quien deja atrás
a sus padres, hijos, esposas y demás seres queridos, se lance
desesperado a ayudarlos para resolver lo que la dictadura
intencionalmente no les resuelve, ni les resolverá, porque la escasez es
parte del control dictatorial totalitario sobre la población. El régimen
tiene como política de estado mantener al pueblo en constante penuria, a
expensas de las migajas que a su conveniencia le otorga el Estado cubano.

Con ese dantesco panorama, ¿Cabe preguntarse si teniendo una madre
enferma de gravedad o un hijo pasando serias necesidades el señor
Congresista no saldría corriendo a socorrerlos o si tendría la
deshumanizada indolencia de no hacer nada por los suyos? Los aspectos
humanitarios reales, no pueden ser desconocidos a la hora de promulgarse
una ley, so pena de crear injusticias mayores que las que se alega remediar.

Por su parte, el régimen cubano sabedor de lo fuerte que son los
vínculos familiares en la cultura del cubano, juega con la carta del
chantaje de las familias cautivas (mas bien diríamos, rehenes) en la
isla, como medio de adquirir jugosas divisas del exilio, estimadas en
billones de dólares.

Si analizamos la proyectada medida desde una visión macro de la
cuestión cubana, su proyecto de enmienda a la Ley no resuelve el grave
problema de Cuba, ni tampoco facilita el derrocamiento de la dictadura.
Sin embargo, lo que si ocasionará, es perjudicar al sufrido y
chantajeado cubano de a pie, que tuvo que salir de su patria por la
total conculcación de sus libertades y la ausencia de futuro. Resulta en
síntesis que la víctima ---el pueblo cubano --- será la castigada,
pagando los platos rotos de una medida fundada en un puritanismo
trasnochado.

Por otro lado, el impacto político que la propuesta enmienda de ley
tendría sobre el sistema tiránico de Cuba, tampoco aporta nada a su
caída. Le pasa algo parecido con el mal llamado bloqueo, que no es
bloqueo sino un embargo, o prohibición de un país de comerciar con otro.
Cuba sigue comerciando con todo el mundo y adquiriendo de todo en todas
partes menos en los Estados Unidos, y aun así, también de los Estados
Unidos compra a través de terceros países. Y también seguirá recibiendo
las ayudas de los exiliados, a mayor costo para estos por otras vías.

El Embargo es una medida pasiva, que nunca se ha aplicado en su
totalidad, pues la parte más efectiva y dañina contra el régimen, el
Titulo III de la Ley Helm Burton, nunca se ha aplicado. Este permite el
embargo o confiscación de los bienes de compañías extranjeras que
invierten o compran propiedades de empresas o ciudadanos americanos que
les fueron nacionalizados (robadas) por la dictadura. El Titulo III,
desde que se promulgó esta Ley, siempre ha sido pospuesto por discreción
presidencial, concedida por dicha Ley.

La realidad es que las medidas pasivas debilitan o molestan, pero no
tumban dictaduras. Y mucho menos cuando se trata de regímenes
ideológicos de control férreo como el de Cuba, Corea del Norte, etc. Se
puede asediar un castillo, pero si no se asalta espada en mano, puede
resistir indefinidamente. Hace falta la medida activa, jamás tomada por
Washington desde el pacto Kennedy-Khuchev en 1962. Por cuanto, si no se
ataca frontalmente a la tiranía castrista para erradicarla, no se cae. Y
el ejemplo del efecto de una medida activa es lo que se hizo en Libia y
en Irak.

En Cuba todas las acciones de Estados Unidos después de 1962 han sido
pasivas. ¿Pero por qué a Cuba no y a otros países sí? ¿No ha sido y es
el castrismo un régimen hostil, conjurado en hacerle mal a los Estados
Unidos? ¿Por qué se le ha permitido tanto tiempo su existencia a 90
millas de sus costas sin tomar acción activa drástica, a pesar de que
Cuba intentó que se dispararan por sorpresa lo cohetes nucleares contra
las ciudades americanas en 1962 y de haber derribado con su Migs de
combate, avionetas civiles estadounidense en espacio aéreo
internacional? ¿Un misterio o un secreto bien guardado o una
incompetencia garrafal?

El señor Congresista tampoco percibe que para poder derrocar una
dictadura, la oposición necesita líneas de información, comunicación y
de logística. Un ejército cuyas líneas de comunicación y de logística,
le son cortadas esta condenado a la derrota. El caso clásico fue el del
VI Ejercito Alemán en Stalingrado en 1943.

Pues bien, el señor legislador tampoco se percata de que a través de los
viajes de cubanos exiliados a la Isla, se esta pudiendo ayudar a muchos
opositores con recursos económicos, informativos, y materiales y
mantienen la comunicación de coordinación entre ambos lados del Estrecho
de la Florida. Si se cierra esa avenida, los opositores quedarán, si no
desprovistos de ese apoyo, seriamente mermados por hacerse más difícil
los envíos logísticos a la lucha interna contra la dictadura, que, dicho
sea de paso, también se hacen de terceros países. Aunque, el grueso del
recurso de apoyo externo a la oposición interna sale del exilio en
Estados Unidos, específicamente en Miami.

La esencia y solución del problema entonces, radica en la toma de
medidas y políticas conducentes al derrocamiento de raíz de la tiranía
castrista, y no andarse deshojando margaritas.

Hubiera sido más efectivo si el Sr. David Rivera hubiera presentado un
proyecto de Ley para que Estados Unidos actuara contra Cuba como lo hizo
con el dictador Sadam Hussein en Irak. O, mejor aun, que se aprobase una
Ley reconociendo y concediendo el Derecho a la Beligerancia del pueblo
cubano exiliado y de adentro de Cuba, contra la tiranía castrista y en
consecuencia, se permita la total libertad de acción de los exilados y
del pueblo cubano en general, contra el régimen castrista, eliminándose
las secuelas todavía existentes del Pacto Kennedy-Khruchev, por virtud
del cual Washington se convirtió en el perro guardián de Castro contra
las acciones de lucha libertaria del exilio y el pueblo cubano.

Los cubanos sufrimos desde hace cinco décadas, las indecisiones,
inconsistencias, vaivenes e improvisaciones de la política exterior de
los Estados Unidos respecto a Cuba, dando como resultado que dicha
dictadura tenga mas de medio siglo de existencia y que el cáncer del
comunismo este haciendo metástasis en toda la América Latina con los
Chávez, los Correa, los Evo Morales, los Ortega, etc.…. y cuidado,
señores Congresistas, no les reviente el problema al otro lado de sus
fronteras, en México.

El serio problema, o mas bien el síndrome de la pasividad, es que
Washington ha carecido y carece de un plan firme, serio, real, abarcador
y consistente con el propósito deliberado para derrocar la tiranía de
los hermanos Castro. Hasta ahora han estado jugado a las improvisaciones
y variaciones de políticas según toque al mandatario y al partido de
turno y aplicando a medias una Ley pasiva (La Helm Burton) que nunca se
acaba de aplicar en su totalidad y donde no se implementa la
imprescindible acción activa directa y frontal contra la dictadura
castrista con el fin expreso de derrocarla de raíz de una vez y por
todas.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36214

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