martes, 5 de junio de 2012

Publicación procastrista de Miami se une a la campaña de apoyo al cardenal Ortega

Sociedad

Publicación procastrista de Miami se une a la campaña de apoyo al
cardenal Ortega
DDC
Miami 05-06-2012 - 2:44 pm.

En un dossier, recoge opiniones de analistas que defienden el trabajo de
la Iglesia. Varios atacan de paso a la disidencia y al exilio,
repitiendo el discurso del régimen.

La publicación procastrista de Miami Progreso Semanal se ha sumado a la
campaña de apoyo al cardenal Jaime Ortega tras las duras críticas que ha
recibido el arzobispo de La Habana por sus negociaciones con el Gobierno
cubano y por llamar "delincuentes" a un grupo de opositores.

La revista digital publicó este lunes un "Dossier Especial" que recoge
opiniones de Aurelio Alonso, sociólogo y subdirector de la revista
oficialista Casa de las Américas; Arturo López-Levy, investigador
asociado de la Universidad de Denver (Colorado), y Julia Sweig, miembro
principal del Centro Nelson y David Rockefeller.

También del exprisionero político del Grupo de los 75 Oscar Espinosa
Chepe; de Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de
Pittsburgh, y de Peter Hakim, director emérito de Diálogo Interamericano.

Todas las opiniones apoyan a Ortega y algunas atacan a la disidencia
interna y al exilio repitiendo el discurso del régimen, que califica a
sus opositores de "mercenarios" al servicio de Estados Unidos y a favor
de acciones violentas contra la Isla.

El dossier sigue a una serie de declaraciones de la Iglesia y
publicaciones religiosas que hablan sobre una supuesta "campaña" para
"desacreditar" e incluso "eliminar" al cardenal, cuya imagen se ha visto
seriamente deteriorada en los últimos meses.

Progreso Semanal no cita las declaraciones de Ortega en la Universidad
de Harvard, donde describió como "delincuentes" y personas "sin nivel
cultural" a los 13 opositores que ocuparon una iglesia en La Habana días
antes de la visita a la Isla del papa Benedicto XVI.

No obstante, pregunta si "resulta aceptable juzgar los 30 años de
liderazgo del cardenal Ortega a la luz de esos cinco minutos dentro de
su comparecencia".

"Aguafiestas" y "mercaderes de la confrontación"

Entre los participantes en el dossier, López-Levy afirma que "en
contraposición a la ineficacia de aquellos actores que prefieren lo
contencioso y hasta adoptan posiciones ambiguas o favorables hacia el
embargo norteamericano, el diálogo paciente de la Iglesia con el
Gobierno no solo alcanzó la liberación de los prisioneros de la
primavera de 2003 sino también abrió nuevos canales de comunicación" con
el Partido Comunista.

El académico no menciona que el régimen nunca ha aceptado como
interlocutores a los miembros de la disidencia, ni siquiera a los
opositores más moderados.

"El cardenal Ortega se ha ganado el respeto de la abrumadora mayoría del
pueblo cubano en la Isla y la Diáspora", asegura.

"No es extraño (…) que las fuerzas interesadas en victorias de facción
más que en la promoción de los intereses nacionales, reaccionen con
hostilidad ante la agenda reconciliadora de la Iglesia", dice.

"Frente al coraje de pactar y dialogar mostrado por el cardenal Ortega,
los sectores radicales han acudido a la descalificación, la mentira y la
organización de provocaciones para envenenar el ambiente donde las
posiciones moderadas y dialogantes pueden fructificar", añade.

"Carecen de una agenda positiva y sueñan con un periodo de 'caos e
inestabilidad', desde la esperanza desleal de que mientras peor le vaya
al país, mejor será para el tipo de oposición que proponen", afirma.

Crítica a los opositores que ocuparon el templo en La Habana antes de la
visita de Benedicto XVI y defiende las declaraciones de Ortega sobre el
tema.

"Se trataba simplemente de actuar como 'aguafiestas', imponiendo un
esquema de confrontación que frustrara la creación de un ambiente de
dialogo favorable a que el mundo se abriera a Cuba, mejorando las
relaciones también entre los diferentes componentes de la nación cubana,
en la Isla y la diáspora", dice.

Considera que esa supuesta estrategia "fracasó" y por ello "los
mercaderes de la confrontación se han concentrado en atacar y difamar" a
Ortega.

Entre los "aguafiestas" y "mercaderes" menciona al espacio de debate
Estado de Sats y a la emisora Radio Martí.

"La idea revanchista es hacerle pagar caro al cardenal de Cuba sus
proyectos reconciliadores y su patriotismo, dañando la credibilidad de
la Iglesia Católica y las comunidades religiosas cubanas para nuevos
diálogos", dice.

Por su parte intelectual oficialista Aurelio Alonso afirma que desde los
años noventa se ha producido en la vida religiosa cubana un "proceso de
recuperación" que ha significado para el catolicismo "el rescate de un
peso institucional en sintonía con el sistema político-social".

"Entre la primera y la segunda visita pontificia, la Iglesia local ha
avanzado en la asunción de actuaciones totalmente legítimas, y el Estado
socialista en reconocerlos. La crítica se ha hecho más virulenta, y
hasta se inducen y organizan acciones de sabotaje, al margen de la ley,
invasivas a instalaciones eclesiásticas", dice Alonso sin citar ejemplos.

"Al volverse contra la Iglesia las voces de la intransigencia con los
argumentos que han utilizado contra el Estado están revelando la
naturaleza inhumana de sus propias posiciones", agrega el subdirector de
Casa de las Américas.

Acusa a los críticos de Ortega de actuar "a nombre de la subordinación a
la hegemonía, a nombre del desamparo social, de un estado de sitio
económico sin tregua ni fin, de la liquidación de las esperanzas de
desarrollo".

Ortega, "eficaz y heroico"

Sweig, directora de Estudios Latinoamericanos del Concejo de Relaciones
Exteriores, quien en 2010 sostuvo un encuentro con Fidel Castro,
defiende a Ortega y califica de "eficaz e incluso heroico" su esfuerzo
por la liberación de presos políticos.

"Durante los últimos quince años me ha impresionado profundamente el
espíritu de magnanimidad y sabiduría demostrado por el cardenal Jaime
Ortega, un hombre al que considero mi amigo", señala. Se ha convertido
"en un interlocutor esencial para la comunidad internacional", considera.

Dice que Cuba "está atravesando un período de cambio significativo" con
"más espacio para el desacuerdo, disensión y el choque de ideas que en
ningún otro momento" y opina que la Archidiócesis "ha ayudado a crear
ese espacio".

"Pero debido a su enfoque civilizado a construir una sociedad más
abierta, rechaza la confrontación y el radicalismo, las llamas
ideológicas del anticomunismo ciego han sido avivadas" en su contra,
afirma Sweig.

A juicio de la analista, el término "sociedad civil" en relación con
Cuba "se ha convertido en sustituto de una agresiva versión ideológica y
partidista del anticomunismo", y "quienes solo quedarán satisfechos con
una (…) revisión radical —incluso violenta— del modelo político,
económico y social de Cuba" únicamente ven como voces legítimas a
quienes "usan orgullosamente y a voz en cuello el manto de la oposición
al régimen".

Espinosa Chepe no se refiere directamente a Ortega y opina que "el
balance que hay que hacer del trabajo de la Iglesia es altamente positivo".

"Los trabajos que está haciendo la Arquidiócesis de La Habana de unión
de los cubanos, de servir de puente entre distintos sectores de nuestra
sociedad es muy favorable; tanto la creación del Centro Cultural Padre
Félix Varela, donde participan compatriotas de distinto signo político y
debaten allí las ideas de una forma responsable", dice.

"Creo que esto es único desde hace muchos años en Cuba (…) y creo que es
un logro real, así como las revistas que se están publicando, Espacio
Laical y Palabra Nueva, con enfoques muy correctos, con críticas al
propio Gobierno, a la lentitud de las reformas, pero hechas desde un
ángulo no agresivo", agrega.

Resalta que recibió la solidaridad la Iglesia Católica cuando estuvo preso.

"La única organización interna del país que se pronunció a favor de
nosotros, los presos del grupo de los 75, fue la Iglesia Católica
cubana, la única que le abrió las puertas a nuestras esposas, a nuestros
familiares cuando nos iban a ver a las prisiones en el interior del
país, les daban alojamiento y demás, en Santiago de Cuba y donde
quiera", dice Espinosa Chepe. "Fue la Iglesia Católica también quien le
abrió las puertas a las Damas de Blanco en la Iglesia Santa Rita. Y esas
son cosas que hay que recordar".

"Me parece que algunas personas se han dejado arrastrar por análisis muy
superficiales (…) por la desesperación (…) por el deseo de que Cuba
rápidamente se transforme en los que todos queremos: una sociedad
democrática. Pero eso no se puede lograr (…) insultando a entidades que
han sido nuestras aliadas, que han sido nuestras protectoras", fustiga.

Diálogo y reconciliación, también para los disidentes

Mesa-Lago tampoco menciona explícitamente a Ortega y manifiesta su apoyo
a "los programas y acciones de la Iglesia Católica que abren espacios
para el debate respetuoso de cubanos dentro y fuera de Cuba, con
diversas ideas, en busca de consenso, procurando las necesarias reformas
económico-sociales que requiere el país".

El académico dice esperar que la Iglesia "se abra también a la
participación en los debates de disidentes políticos residentes en Cuba
con posiciones documentadas y respetuosas".

En el dossier solamente Hakim critica las declaraciones del cardenal en
Harvard y las califica de "desafortunadas (…) no solo porque eran
insultantes para algunos individuos valientes, sino porque también
pueden dificultar el trabajo de la Iglesia en Cuba y disminuir el apoyo
a ese trabajo en Estados Unidos".

Pero el "cardenal es un hombre extraordinario que ya ha contribuido de
manera importante al cambio y a la decencia en Cuba", dice.

El problema para Ortega, "y para cualquiera que promueva el diálogo y la
reconciliación, es que el conflicto lleva tanto tiempo y la brecha
divisoria se ha hecho tan profunda, que las palabras, en vez de servir
como forma de comprensión y compromiso, se han convertido en armas para
destruir a los adversarios", señala Hakim.

"Las reacciones más virulentas al comentario del cardenal provinieron de
aquellos que consistentemente han buscado oponerse y desacreditar al
líder eclesiástico", opina. "La reacción es una razón para que la
Iglesia y el Cardenal redoblen sus esfuerzos. Nadie más puede realizar o
se dedica a realizar la tarea que ellos mismos se han impuesto", concluye.

http://www.diariodecuba.com/cuba/11426-publicacion-procastrista-de-miami-se-une-la-campana-de-apoyo-al-cardenal-ortega

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