miércoles, 20 de junio de 2012

No basta con estar informados

No basta con estar informados
junio 20, 2012
Yusimi Rodriguez

HAVANA TIMES— Me estoy volviendo monotemática. Cada vez que escribo un
texto es para criticar la falta de libertad de prensa y de acceso a la
información a que estamos sometidos los cubanos.

Y cuando parece que por fin voy a hablar de algo diferente, doy un rodeo
y termino hablando de lo mismo, como en el cuento de la pulga.

Lo atribuyo al hecho de recibir el boletín de HT, con noticias y textos
escritos por mis colegas, y a mis esporádicas oportunidades de navegar
por Internet.

Cada vez que leo sobre un hecho que sé de antemano no aparecerá en la
prensa escrita, la radio o la televisión, pienso en la mayoría de mis
compatriotas que no tienen acceso a Internet ni correo electrónico, y
solo cuentan con nuestros medios oficiales para mantenerse (des) informados.

Me siento casi obligada a compartir en lo posible lo que leo en
Internet, los audiovisuales que nunca aparecerán en nuestra televisión,
a riesgo de que no me crean, de ser catalogada de contrarrevolucionaria
al servicio del enemigo, de sentir que estoy arando en el mar.

Para quienes han creído ciegamente, durante años, en el discurso
oficial, resulta casi imposible aceptar que exista otra versión de los
hechos; otra cara de la verdad.

Debo aclarar que no tomo a quienes escriben en Internet, ni siquiera a
mis propios colegas, como profetas absolutos de la verdad. Pero al menos
quiero tener la posibilidad de discernir y que no lo hagan otros por mí.

Por eso me parece natural desear la misma posibilidad para el resto de
los cubanos.

Acceso alternativa a la información

Algunos fines de semana atrás, llegué a la casa de un matrimonio que
visito con cierta frecuencia, ansiosa de ver sus caras de sorpresa
cuando les contara sobre el hombre que sacó un cartel que decía "Abajo
el Comunismo" durante la visita del Papa.

Para ustedes, lectoras y lectores con acceso a Internet, eso es noticia
vieja. Y para mi sorpresa, también para ellos, a pesar de que no lo dijo
la prensa oficial.

A veces, olvido la capacidad de mis coterráneos para colarse por el
hueco de una aguja, para enterarse de lo que supone que no deben saber.

Seamos justos. En Cuba, la mayoría no tiene acceso a Internet o a correo
electrónico, y la prensa, la televisión y la radio nacionales transmiten
lo que permite el gobierno.

Pero desde que existe ese mágico invento llamado memoria flash y
nuestros alquiladores de películas en discos de DVD, la gente cuenta con
magníficas fuentes de información.

Pregúntele a cualquiera por el documental sobre el caso de Ochoa, lo que
vimos y lo que no vimos en la televisión a finales de los ochenta.

Hay gente que se las arregló para ver aquella interpelación de Eliécer
Avila a Ricardo Alarcón, en la UCI, y ya han visto su entrevista en
Estado de Sats.

La entrevista al ex guardaespaldas de Comandante circuló por muchas
computadoras y equipos de DVD. La entrevista del hijo de Ramiro Valdés
es agua pasada.

Se dice que el ultra secreto material sobre Felipe Pérez Roque y Carlos
Lage, no apto para cubanos comunes, solo para miembros del Partido y
presidentes de los CDR, se filtró y muchos han logrado verlo en DVD.

Aquí la gente te sorprende. Llegas a una casa donde no vive nadie que
cuente con correo ni Internet, personas a las que imaginas
desinformadas, viviendo en la periferia de la realidad, y de pronto te
sorprenden: "¿Te enteraste de la gente que demandó al Parlamento?" "¿Te
enteraste del preso que hizo huelga de hambre y se murió?" (Antes de que
lo dijeran los medios) "

Mientras empieza a funcionar el cable de Venezuela, si es que llega a
funcionar alguna vez, los cubanos resuelven con las memorias, las
antenas, las conexiones clandestinas a Internet, los boletines de la
Oficina de Intereses de EE.UU., que pésele a quien le pese, circulan.

Información es dinero. Ya existen personas que se dedican a bajar
materiales de Internet, de alguna forma, y te venden un paquete
actualizado, lo que está sucediendo ahora mismo.

Si no tienes dinero para costear el paquetico, no te preocupes, te
llegará de alguna forma porque al cubano le gusta informar, como a mí,
que llego a las casas de los amigos para ponerles la "última" y salgo
con información nueva.

Entonces viene la pregunta: ¿Qué hacemos con la información?

Quisiera decir que mis amigos no hicieron nada excepto decirme que ya
conocían la historia del hombre y su cartel durante la visita del Papa.

Quisiera decir que cuando les conté sobre el médico que realizó una
huelga de hambre, exigiendo la devolución de su licencia para ejercer la
medicina y lo logró, mis amigos solo se encogieron de hombros. Eso ya
sería bastante desalentador.

Pero uno de mis amigos, el esposo, me dijo que si en realidad aquel
médico había obtenido esa victoria, debía lamentarlo. "Ya encontrarán la
forma de desaparecerlo. O le caerán a golpes como al que se atrevió a
sacar el cartelito cuando vino el Papa".

El hijo de este matrimonio dijo que lo importante no era haber sacado el
cartel, sino cuanto tiempo logró sostenerlo, y enseguida los tres,
padres e hijo, se echaron a reír.

Yo también reí… con tristeza.

¿Qué hace la mayoría de los cubanos con la información? De todo:
mirarla, comentarla, compartirla, volverla a mirar, divertirnos. O sea,
nada que vaya a cambiar las cosas en el país; nada que vaya a mejorar un
ápice nuestra sociedad.

La información que circula en discos y memorias flash es más o menos
como la pornografía. Ilícita, pero inofensiva para el poder.

Los cubanos somos desinformados a nivel oficial y altos consumidores de
información clandestina.

¿El gobierno lo sabe? Apuesto que sí, pero no creo que le preocupe.
Después de la visita a mis amigos hace algunos fines de semana, quedé
convencida de que no basta con que los cubanos tengamos acceso a la
información (pero no debemos dejar de exigir el acceso a la información).

Mientras, sabemos que un médico hizo huelga de hambre; sabemos que a un
compatriota lo golpearon, lo encarcelaron por portar un cartel que decía
"Abajo el Comunismo". Que lo volvieron a encarcelar. Que sus derechos
fueron violados. Sabemos que se violan los derechos todos los días.

Y no haremos absolutamente nada.

Con eso justamente cuenta nuestro invicto gobierno: iba a escribir
"nuestra pasividad", pero me retracto. Es con nuestra falta de
conciencia, de responsabilidad, que cuenta nuestro gobierno.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=65992

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