viernes, 15 de junio de 2012

María y su sombrero de tres picos

María y su sombrero de tres picos
Viernes, Junio 15, 2012 | Por Ibis Pascual

CORRALILLO, Cuba, junio, www.cubanet.org -María Conyedo Estupiñán se
mudó recientemente para Rancho Veloz, al centro de Cuba. Creyó que en
sus apartadas orillas podría vivir en paz. No sabía algo que tan bien
aprendido traemos los habitantes del interior cubano, y es que un perro
vive más a gusto dentro de su perrera que una lesbiana en un pueblo
pequeño. Y muchísimo más si, para colmo, la lesbiana es contraria al
gobierno.

El pasado 20 de mayo tuvo la primera decepción. Una manada de hombres
vestidos de civil la agredió por pasearse en el parque con un gladiolo
blanco entre sus manos.

La montaron en una camioneta vieja y destartalada y se la llevaron lejos
del pueblo, en un viaje de varias horas hasta otro pueblo que no
conocía, y en el que la pusieron de paticas en la calle, sin
identificación -pues además de agredir su dignidad, también la habían
despojado de la identidad-, y sin más explicación que una amenaza: No
vuelvas a Rancho Veloz, allí no queremos gente indeseable.

María volvió, naturalmente. Y volvió con la determinación de que aunque
la maten, va a seguir paseándose por el parque, con su gladiolo, con su
hijo pequeño y con su pareja, una linda muchacha que tampoco es
bienvenida en el pueblo.

Claro que María Conyedo Estupiñán es lesbian, pero no estúpida. Ahora
parece haberse propuesto demostrarle al pueblo, al gobierno y al fisco
que goza del apoyo de Mariela Castro, ya que su compartimento es
coherente con el de la hija del presidente. Entonces, el pasado domingo
31 de mayo, además de llevar el gladiolo, llevó al parque un cartel bien
grande que rezaba: Abajo la homofobia.

Todavía los guajiros de la Seguridad deben estar buscando en el
diccionario lo que quiso decir en su cartel, pero, mientras, María se ha
ganado la simpatía de no pocos en Rancho Veloz, es decir, de no pocas
mujeres, entre las que tampoco deben ser pocas las que comparten,
tapiñadamente o no, sus preferencias sexuales, pues, según los cálculos,
alrededor de sesenta por ciento de las lesbianas cubanas residen en
pueblos pequeños de provincias.

Proporcional a la cifra de mujeres que hoy simpatizan con María, en
Rancho Veloz, parece aumentar el desprecio y el odio de los hombres. Era
de esperar, en un pueblo en el que sólo firman papeletas de estrado los
alcohólicos del bar de la esquina.

Esto último sí es verdad que no ha sorprendido a María, a la cual le he
escuchado decir que cualquier mujer cubana, al declararse como lesbiana,
llevará a todas partes una suerte de sombrero de tres picos: el rechazo
machista de la mayoría de los hombres, la discriminación laboral, más y
menos encubierta, y la actitud excluyente de las propias mujeres que son
dirigentes del gobierno.

Lo que no sabía María, y ahora recién lo aprende a golpe limpio, es
hasta qué puntos son notables y exagerados esos tres picos del sombrero
en un pueblo pequeño.

Tuvo que venir a Rancho Veloz para saber que aquí es promovida la
Federación de Mujeres Cubanas (FMC) sólo y únicamente para la mujer
heterosexual. Y que falta mucho tiempo para que alguna dirigente
federada de este pueblo le permita a ella dictar un conversatorio, desde
los púlpitos oficiales, sobre el auge del lesbianismo en el mundo, y
todavía menos sobre la necesidad de que sean respetados nuestra libertad
de expresión y nuestros derechos.

http://www.cubanet.org/articulos/maria-y-su-sombrero-de-tres-picos/

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