jueves, 21 de junio de 2012

Los bitongos y los guapos

Los bitongos y los guapos
Jueves, Junio 21, 2012 | Por Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -Los bitongos cubanos, una
degradación de aquella jerarquía comunista descrita por el político y
escritor yugoslavo Milovan Djilas en su libro La nueva clase, se
reparten a distintos niveles los limitados bolsones de prosperidad con
los guapos, esos que hacen cualquier cosa para sobrevivir.

Ex combatientes de la Sierra Maestra, altos dirigentes del partido, el
Poder Popular y los sindicatos, junto a sus descendientes directos y la
parentela en general, dirigen empresas mixtas, cadenas hoteleras,
supuestas ONG y demás sitios donde la corrupción genera ganancias que
los encumbran sobre el resto de la sociedad.

De igual forma los guapos, sin profesión u oficio afín con el desempeño
de su labor, manejan el sector de la gastronomía, las Tiendas
Recaudadoras de Divisas (TRD), las cadenas del pan, los suministros de
materiales de la construcción, y otros espacios del sector estatal que
les permiten lucrar a costa de la población.

Las reformas implementadas con el pretexto de mejorar la crítica
situación económica y social que atraviesa el país, sólo benefician a
los bitongos que habitan la cúpula gobernante, y a los guapos que a
riesgo de su libertad hacen dinero desde la periferia a como dé lugar.

Entre ambos términos, escuchados en una conversación que sostuve con un
neurocirujano y un ex profesor de la Universidad de La Habana en torno a
una botella de ron Corsario (poco más de dos dólares), vegetan en espera
del aceleramiento y alcance de los supuestos cambios todos los que
malviven con el salario del mes.

Para el doctor, resulta increíble que después de cumplir misión en
Etiopía, en la época en que aún Cuba no vendía los servicios médicos,
servir en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, laborar más de 25 años
como neurocirujano y militar en las filas del partido comunista, su vida
no haya experimentado la más mínima mejoría con las supuestas reformas.

Mientras los bitongos (vive bien), aún disfrutan y multiplican las
prebendas que les acarreó poner –o que sus padres hayan puesto- una
bomba en un parque, o cazar "bandidos" en el Escambray de los años 60,
el médico tiene que salvar vidas en pésimas condiciones de trabajo y de
índole personal.

No pocas veces en el hospital no hay agua, anestesia, hilo de sutura,
guantes, batas y otros implementos estériles para trabajar; y con
frecuencia en los últimos años, tienen que suspender las operaciones por
falta de personal, pues se encuentran cumpliendo una misión en alguno de
los más de 100 países a los que Cuba exporta sus servicios médicos.

Se levanta a las cinco de la mañana y junto a su esposa prepara un pan
con tortilla y un pomo de café para el día de labor. Toma un rutero 20
desde La Ceiba hasta El Vedado. Marca la tarjeta de entrada al hospital,
participa en el congresillo político, inicia la consulta o tiene que
operar, y retorna a su hogar por la misma vía, sólo por un salario de
alrededor de 30 dólares al mes.

Esto, sin contar que a la hora que llegue a su casa tiene que subir doce
pisos por la escalera, pues hace más de diez años el ascensor se rompió.
Si no hay agua, debe acarrearla escalón por escalón. Buscar los mandados
en la bodega, la balita del gas para cocinar, los productos del agro, el
pan y lo que pueda conseguir con su mísero salario.

Además, debe participar en las reuniones del núcleo del partido en su
trabajo y en las que se realizan en la cuadra de residencia por el
Comité de Defensa de la Revolución y el delegado del Poder Popular.
Asistir a los mítines políticos y marchas conmemorativas, así como a
otras convocatorias.

Como si fuera poco, leyó en el periódico Granma del pasado día 15 una
crítica contra el sector de la salud en los Estados Unidos, porque una
encuesta realizada entre 800 médicos arrojó que los hombres tuvieron un
salario anual promedio de 202 422 dólares, y las mujeres médicos de 167
669, para una diferencia de 32 753 dólares.

Según expresó indignado, es ridículo que aquí en Cuba se publique algo
así, cuando con el aumento de cuarenta pesos cubanos (menos de dos
dólares) mensuales de salario, hace unos años, fue que alcanzaron un
sueldo de aproximadamente 30 dólares al mes.

"Los bitongos saben cómo bañarse y guardar la ropa y los guapos también,
pero nosotros no. Estudiamos para trabajar, y merecemos que se nos pague
y vivamos de acuerdo a los resultados de nuestra profesión sin tener que
delinquir", dijo con pesar mientras se servía un trago de ron barato.

"Y que no me digan que aquí la educación y la salud son gratuitas,
porque tanto el profesor como yo y el resto de los cubanos, sabemos de
qué pata cojea este tipo de atención", agregó mientras miraba fijo al
corsario que con su ojo tapado le devolvía la mirada desde la etiqueta
de la botella de ron.

vicmadomingues55@gmail.com

http://www.cubanet.org/articulos/los-bitongos-y-los-guapos/

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