lunes, 18 de junio de 2012

El muro de las lamentaciones

El muro de las lamentaciones
Lunes, 18 de Junio de 2012 03:47
Escrito por Hildebrando Chaviano Montes

Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) El periódico "Granma",
órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, se ha convertido en el
muro de las lamentaciones del proyecto económico social de los viejitos
gobernantes. Al igual que el pedazo de muro usado por los judíos en
Jerusalén, El "Granma" cada vez más ha dejado a un lado el lenguaje
triunfalista y se consume en el lloro de lo dejado por hacer, lo mal
hecho y lo que podría haber sido.

Sus periodistas, editores y promotores, buscan desesperadamente
culpables para tantas desgracias en un país tan chiquito.

¿La zafra de este año? Otro fracaso que no por esperado deja de serlo.
¿La producción lechera? Olvídense del vasito de leche que prometió
Castro II: los campesinos se roban a sí mismos la leche de sus propias
vacas para venderla a restaurantes y cafeterías que por ser
cuentapropistas son enemigos del socialismo y causantes de que a los
niños les quiten la leche a los siete años. ¿Los pozos de petróleo en
mar abierto? Bien, gracias: la Repsol se fue, y la Scarabeo 9 se muda
para Pinar del Río porque del primer agujero no sacaron ni fango.

Pero lo mejor nos lo ofrece el órgano oficial del partido cada viernes,
ahí se destapan a quejarse los compungidos y trasnochados adoradores del
socialismo real, que es el mismo del siglo XXI: que si los revendedores,
que si los malos administradores amparados en su militancia, que si la
falta de transparencia, que si le hacen el juego al imperialismo, que si
el anquilosamiento y la falta de ideas, que la corrupción imperante hace
más daño que el bloqueo -americano, se entiende, porque del interno no
se habla-.

Ya el sábado nos encontramos con el postre, una saga sobre la Crisis de
Octubre, que si ha servido para algo es para poner en evidencia el papel
de satélite soviético jugado por el otrora Comandante en Jefe, su falta
de visión e inmadurez política, que arrastraron al mundo al borde de la
desaparición, todo porque Nikita Kruschov, en su ambición imperial,
midió mal a los americanos y Castro I, el Grande, emperador de Birán, se
midió mal a sí mismo cuando en pose heroica le pidió a la metrópoli que
encendiera los fuegos artificiales. Gracias a Dios todo no fue más allá
del susto y el papelazo a los gritos de "Nikita, mariquita, lo que se da
no se quita".

Para Cuba actualidad: hildebrando.chaviano@yahoo.com.

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/4351-el-muro-de-las-lamentaciones.html

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