miércoles, 20 de junio de 2012

El destino del papel

El destino del papel
junio 19, 2012
Por Verónica Vega

HAVANA TIMES — Si algún atenuante tiene una cola en Cuba, contra la
ralentización del deseo, la fatiga por el sol y un entorno que destila
abandono, son los diálogos que se oyen involuntariamente.

Obligada a cambiar unos cuantos billetes CUC por moneda nacional para
evitar ser timada por los vendedores del agro (que nunca quieren
pagarlos a 24), esperaba mi turno en la larga fila frente a la Cadeca.

Muy cerca de mí, dos mujeres despotricaban sobre una tercera para la que
habían trabajado como domésticas. Empleadora déspota al parecer, la
ex-patrona no merecía un pensamiento simpatía.

De repente un vendedor de periódicos que llegó con su bicicleta hizo
cesar la charla. Una de las mujeres se dirigió a él:

"Oye, dame un Granma."

El vendedor negó con la cabeza. La mujer se encogió de hombros y
respondió con sarcasmo:

"Bueno, qué se le va a hacer, son tuyos."

El hombre, que había cambiado su expresión y le sonreía extendiéndole el
periódico, reaccionó como si lo hubieran ofendido:

"¿Míos? Si fueran míos yo los quemaba todos."

Entonces la mujer, tomando el diario, lo miró con ojos amenazantes:

"¿Tú sabes lo que tú estás diciendo?"

Varias personas pusieron atención. El vendedor sostuvo su mirada y
repitió con énfasis:

"Sí. Si fueran míos yo los quemaba todos."

Y ella, mirándolo de pronto con expresión maliciosa y cómplice, bajó la
voz diciendo: "¿Tú sabes lo caro que esta el papel higiénico?"

"¡Qué va yo prefiero lavarme…! – El hombre reaccionó con súbita gravedad
– ¡Esto produce cancer de colon…! " Y mostraba sus dedos manchados de
tinta. – Cuando termino de trabajar no se imagina la peste a luz
brillante (keroseno) que tengo en las manos.

La atención de la gente volvió a distenderse. El hombre se alejó en su
bicicleta donde sobresalía aquella palabra enorme, en cursiva roja: Granma.

Recordé una ocasión en que un vendedor de un kiosco de periódicos
incitaba a la gente a comprar "La Constitución de Cuba" por la suavidad
de sus hojas…

Pensé en el alto precio ecológico del papel y en el rol doméstico que
cumple la prensa en Cuba desde hace tantos años, (justo desde que empezó
a ser un lujo el papel sanitario).

Pensé además en un ejemplar de "Palante" (especie de revista
humorística) que vi hace poco. Sólo por la portada uno podría dudar si
merece otro destino que éste.

Que el papel "aguanta todo lo que le pongan," es un apotegma bien
conocido. Pero me pregunto si vale la pena el sacrificio de tantos
arboles, o el esfuerzo de los juristas que hacen acrobacias verbales
para poder negar en un artículo legal lo que conceden en otro… O el
riesgo de legrar aún más de sentido las palabras, engrosando el
escepticismo, la iconoclasia, la aplastante y general indiferencia.

Y ahora el riesgo adicional (muy serio, si es cierto lo que dijo el
vendedor), de adquirir un cáncer de colon.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=65966

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