martes, 12 de junio de 2012

Cuando la TV Cubana es noticia por si misma

Cuando la TV Cubana es noticia por si misma
junio 8, 2012
Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES — Si se trata de diagnosticar el estado de los medios de
difusión en Cuba, un concepto es frecuente entre los expertos: valorar
no lo que dicen, sino lo que no dicen.

El llamado "Noticiero estelar de la TV Cubana" o "Noticiero de las
ocho", se convirtió en noticia este cinco de junio último, cuando al
cierre, una periodista cubana presentó su frustrado reportaje sobre los
precios en las cadenas de tiendas recaudadoras de divisas.

Es inevitable el uso en este comentario de algunos términos y detalles
oscuros para un lector extranjero, los que explicaré para la mejor
compresión de estos lectores. No obstante, lo esencial resultó la
contrariedad de la reportera cuando en varios establecimientos
comerciales le impidieron filmar y ella, decidida, mostró a los
televidentes las evidencias de tan absurda prohibición.

En todos los casos, trabajadores de diverso rango, afirmaron con
vehemencia que sólo era posible el acceso de la televisión al
establecimiento, previo aviso y acuerdo con la gerencia de la empresa.
Imagínense cuánta burocracia para realizar un sencillo reportaje que
pretendía responder a las inquietudes populares en torno a los precios
del comercio minorista en divisas.

¿Por qué las prohibiciones? Tal vez sea, dirán unos, reminiscencia del
pasado, pero otros, dentro de los cuáles me encuentro, creemos en la
validez de este propósito, sumándole la ojeriza propia de los ocultos
intereses defendidos por quiénes saldrán perjudicados si la noble labor
periodística alcanzara el libre espacio que merece.

Tal cual fuera una inspección de la recién creada Contraloría General de
la República, organismo encargado en el actual gobierno de combatir a
los corruptos, estos saben que, guerra avisada no mata soldados.

Agrego que es casi imposible sobornar a los informadores cubanos,
porque, entre otras cosas, están totalmente fuera del diario engranaje
de la corrupción, además del alto sentido ético que les caracteriza y el
honor propio de su profesión, tan necesitada de un auténtico desahogo
expresivo.

La joven periodista, con ecuanimidad, además de su inteligencia y
belleza personal, ha puesto en crisis a los burócratas que defienden,
atrincherados, estos anacrónicos "NO". La rutina me impidió recordar el
nombre de la reportera que hoy es noticia en Cuba.

Finalmente parece que estamos cruzando la muy cacareada
"autocensura"-autoflagelación mental diría yo- para lanzarnos a reclamar
los derechos decretados por la constitución y los cónclaves partidistas,
pero olvidados en la práctica, como suele suceder en nuestro país.

Ella habló de "Multas", preguntó por la elevación de los precios a
diversos artículos de primera necesidad, sin aviso previo, además de
ninguna argumentación válida al respecto. En la puerta de varias
"shopings" le respondieron con claridad algunos clientes, evidentemente
agraviados.

Aclaro el término primero: "Multas", significa en el argot popular, la
práctica muy extendida en estos establecimientos, de vender algunos
productos con un precio alterado, superior al real. En muchos casos se
oculta hábilmente la información correcta, que debe aparecer a la vista
del público.

Sobre la segunda cuestión, las mercancías cuyos precios subieron, son
tales como el aceite para cocinar, la mantequilla, los detergentes, el
jabón de lavar y el pollo congelado. Debe agregarse la presencia de
algunos subterfugios típicos del comercio socialista, comprendido como
un monopolio estatal.

Por ejemplo, desaparecen de la oferta o escasean los productos más
económicos, entonces no hay otra opción que comprar los más caros, lo
cual técnicamente no es una subida de precios, pero en la práctica sí lo es.

Agréguese que los cubanos reciben sus salarios en Moneda nacional, al
cambio de 25 por 1 frente al Peso convertible, utilizado en las tiendas
de referencia.

No se trata de un rosario sobre nuestras carencias. Las explicaciones
son el preámbulo para valorar lo que realmente fue noticia: La prensa
cubana, en uno de sus espacios de mayor impacto público, denuncia la
arbitrariedad de los burócratas que le impiden desnudar ciertos asuntos
de interés social.

Anteriormente, el periódico Granma publicó un extenso artículo de la
dirección, defendiendo a otro sagaz reportero, quien mostró palpables
pruebas de la extendida corrupción que hoy afecta a la nación, cuyo
combate es tarea prioritaria, al decir del Presidente Raúl Castro.

Estamos como volviendo en el camino y ojalá sea esta vez
definitivamente. A finales de los ochenta, cuando se inició el llamado
proceso de "rectificación de errores y tendencias negativas", los
periodistas cubanos realizaron acciones similares a la aquí descrita,
consiguiendo elevada aceptación popular, sobre todo en la radio cubana,
caracterizada por su inmediatez y apego comunitario.

Pero el proceso fue ahogado al paso de muy poco tiempo. Una
justificación estuvo centrada en las penurias inevitables del "Período
Especial", tras la desaparición del socialismo en Europa, especialmente
en la URSS. Hay quienes pensamos que la razón oculta puede explicarse
con este refrán: Compraron pescado, pero le cogieron miedo a los ojos.

Algo similar sucedió en los noventa con la apertura al trabajo por
cuenta propia, lenta y persistentemente obstruido después, para renacer
en la actualidad. En ambos asuntos, además de los muchos por venir, es
urgente perderle el miedo a los ojos de los peces que necesariamente
estamos pescando y pescaremos en el futuro.

Somos un archipiélago justo debajo del cálido Trópico de cáncer.
—–

Para contactar con Vicente Morín Aguado: morfamily@correodecuba.cu

http://www.havanatimes.org/sp/?p=65532

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